- La calidad y duración de tu bronceado dependerá de cómo te protejas y programes los tres primeros días que te muestres al sol. Al principio las exposiciones deben ser progresivas y cortas, en dosis de 10, 15 y 20 minutos, preferentemente en movimiento.
- Tiéndete donde corra suficiente brisa, eso evita que los rayos lleguen directo a tu cuerpo.
- No permanezcas tumbada durante mucho tiempo. Moverte permitirá un bronceado más uniforme.
- Evita problemas oculares y aparición de arrugas: usa gafas con cristales que filtren los rayos.
- Los riesgos de quemaduras aumentan entre las 11 y 15 horas, cuando la acción nociva del sol se potencia.
- Aunque se esté bajo una sombrilla, la arena refleja en 25 por ciento las radiaciones ultravioleta. Incluso si está nublado, la intensidad de los rayos es igual a la de un día despejado.
Antes de asolearte...
Prepara la piel. Es imprescindible para favorecer una coloración homogénea y duradera.Exfolia. Elimina células muertas y deja la epidermis pareja y suave.
Hidrata. Aplica a diario crema hidratante, para mantenerla con un nivel óptimo de humedad.
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